¿Despojo de esperanza?

«Transporte Público»

 

Tiempos complejos en cada rincón del mundo, pareciera que el caos es el vecino de todos, desde peleas porque la camioneta tipo Crusier se metió en el carril donde un empresario en su deportivo de lujo, rodeado de escoltas de seguridad, se sintió «amenazado» y ordena con pistola en mano detener tal atropello, hasta discusiones que terminan con la vida de las personas inmersas o no en el pleito, agresiones familiares que aparecen diario en los periódicos amarillistas, una pequeña niña herida por la bala perdida de una ráfaga hecha por pistoleros, el atentado en un hospital… ¿en dónde estamos?

 

Ucrania, Palestina, Salvatierra Guanajuato en México, no hay fronteras para la violencia, no hay límites para no frustrarse por la falta de valores, de seguridad, por las matanzas, por lo común que se vuelven ahora los disparos que no saben si es un joven que tiene todo por delante para vivir y ahí, en una fiesta se escribió su fin.

 

Iniciaba este artículo pensando en cerrar el año con un tema espiritual, un tema de esperanza que nos permita cargar la pila y volver a creer en las autoridades, en los niveles de gobierno en todo el planeta, en las personas con las que convivo al pasar por la plaza, por la calle, con las que comes en el restaurante, pero es inevitable no abrumarse, enojarse y pensar que el futuro es incierto y que no hay más que hacer.

 

Pero nuevamente, debemos respirar y voltear a ver al que va a tu lado, al joven que deja de estudiar por ayudar a su madre en el puesto de dulces, a la pareja que lleva a un niño pequeño con toda la ilusión de que les esperan grandes cosas por vivir, a los que buscan una mejor convivencia con el planeta, al que es respetuoso, a la que es empática, simplemente hay que vernos al espejo, aquí estamos y aquí seguiremos a pesar del caos.

 

Hay que resolver los entornos propios para permear a las comunidades, exigir mejores condiciones a las autoridades responsables, pero también cooperar y trabajar, no estirar la mano creyendo que la vida depende de lo que nos den afuera.

 

Fácil no es, como no es sencillo sortear un entorno adverso, pero la actitud y la convicción de hacer las cosas correctas en el lugar poco correcto junto a las personas que tal vez no sean las adecuadas, son más valiosas que hacer nada y lamentarse.

 

Así que volveré al origen de este escrito y resaltaré la estrategia de las tablas japonesas de deseos y oración, un bello símbolo de esperanza que se cuelga en templos y santuarios. Estas pequeñas placas de madera con inscripciones tienen por objetivo aligerar a las almas agobiadas por las preocupaciones. Son llamadas «ema» y al colocarse flotan hacia el cierto en forma de deseos.

 

Las primeras versiones de ema en el siglo VIII representaban caballos, los animales vivos que se sacrificaban a las deidades y a los líderes fallecidos durante las ceremonias sintoístas. Hoy en día, estas placas representan criaturas, flores, geishas, corazones, árboles y cascadas. Cuelgan de bastidores y pueden comprarse pre-decoradas o en blanco. Estas peticiones son inspeccionadas por un sacerdote del templo o santuario, que reza para que sean concedidas.

 

«Plaza de los Deseos»

 

Ofrecer emas sigue siendo un elemento central de la cultura japonesa. Representa la profunda relación del país con sus dos religiones principales, el sintoísmo y el budismo, que están fuertemente entrelazadas. Las ema, las banderas de oración, las tablillas votivas y las linternas flotantes pueden ofrecer a los fieles un consuelo crucial en medio de la adversidad. Estos objetos no sólo proporcionan un canal a los dioses, sino que recuerdan a la gente la red de apoyo humano que les rodea. «Cosas como amuletos y talismanes pueden ser un recordatorio de las conexiones sociales de larga duración que pueden proporcionarnos consuelo en momentos difíciles».

 

Luego entonces, si por naturaleza el humano es social, si necesitamos convivir y ser parte de una sociedad «organizada», se supone «evolucionada», por qué no podemos convivir sin herir, por qué no puede cada uno hacer y estar en una conciencia de equilibrio.

 

Reflexionar, respetar, renovar, exigir, hacer, trabajar, dar, vivir, son solo algunos de los verbos que requieren una ejecución y que no pueden esperar más.

 

En el año 2013 tuve la oportunidad de dejar un ema en Japón, ahora en 2023 renovaré el deseo e invito a que pidamos a la vida y devolvamos un mejor entorno, por nuestro bien y por ende por el bien de todos.

Un comentario en “¿Despojo de esperanza?
  1. Angélica Gómez dice:

    Sí estamos viviendo momentos muy difíciles, pero tengo la esperanza de con los emas y nuestros deseos de vivir en paz y armonía con la gente y el entorno estaremos mejor.

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