En cada encuentro con la fotografía, intento conseguir la ejecución perfecta de la vida, la que nos ayuda a descubrirnos día a día. Las fotografías me muestran cómo puede ser la vida según quién la vive. Las diferencias, como lo mencionaba antes, nos deben enriquecer, pero pueden significar un arma de doble filo si no tenemos cuidado con nuestros valores y no realizamos un despojo de nuestros prejuicios.

Intento realizar disparos con mi cámara, que puedan captar el encuentro entre las formas y los contrastes un momento preciso, identificando a la cultura que los originó y se conviertan en disparos de vida y de emociones que sean capaces de transmitir la grandeza que existe a nuestro alrededor. Los humanos inventamos el arma para cazar y alimentarnos, luego la convertimos en un arma de fuego de distintos calibres para defendernos, pero también para atacar y traer guerras en el mundo motivados por el poder y por el dinero. Un arma que ingeniosamente apareció para prolongar la vida se convirtió en un arma de destrucción de vida. Un arma creada como herramienta para prolongar la vida, se convirtió en un arma de destrucción de vida.

En el caso de México, en Quintana Roo, se está construyendo un “Tren Maya” para desarrollar el turismo en la península de Yucatán, destrozando manglares, cenotes y ríos subterráneos, fauna local única y una zona repleta de restos arqueológicos. Día a día estamos cometiendo un verdadero atentado contra la delicada belleza que reside en cada ser que convive en nuestro planeta y, sin embargo, por más polémico que pueda resultar, a algunas autoridades no parece importarles.

La libertad es un derecho que se debería poder ejercer con seguridad y no como un privilegio. La fotografía me ha sumergido en un camino de aprendizaje sobre la vida y la supervivencia, y su sorprendente significado para las diferentes culturas.

Si existiese una ejecución perfecta, sería aquella en la que la cámara realiza un disparo que da vida a las formas y los contrastes identificando perfectamente a qué cultura pertenecen y que se transforme en un disparo de emociones que nos ayude a descubrirnos a nosotros mismos, de fotografía a fotografía, de viaje en viaje.

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